Autor: Psicólogo Juan Viera Ruiz.
El machismo ha generado en nuestro país un sin número de trastornos psicológicos sociales e individuales, de una manera tan sutil que incluso existe una canción a la cual me quiero referir y que puede incluso generar risa en quienes la escuchan, esta canción es: “La bartola”…
Sus estrofas denotan la gran ausencia de figura paterna, que hemos heredado generación tras generación. Esta canción, se refiere de manera casi solemne a lo que muchos hombres e INCLUSO MUJERES, acostumbran pensar y sentir. Me refiero a varias de las estrofas, sin embargo, el mensaje general de la canción, es esfuerzo tras esfuerzo y sin embargo logros y/o reconocimientos precarios de parte de quien provee al hogar el sustento de cada día, una pobre autopercepción de sí mismo, de su debilidad como figura masculina-proveedora, pero sintiéndose orgulloso de dizque proveer y además alcanzarle para comprar alcohol.
Me encantaría que no se mal interpretara mi opinión hacia los artistas y compositores, a quienes admiro enormemente por su gran capacidad de volver canciones lo que acontece en las mayorías…
“Pagas la renta, la luz y el teléfono”, agarras para tu gasto y lo que sobre me lo das para mi alipús”
Sólo “dos pesos”... Considerando una cantidad absurda para cualquier época en nuestro país, el asunto debería ser realmente un problema grave de violencia social y económica-familiar, sin embargo, todo ese enredo de factores psicosociales y culturales, es visto con picardía.
En concreto me quiero referir a la falta de figura paterna, o figura paterna precaria, heredada generación tras generación, porque hablar de alcoholismo, es hablar de una historia de vida e infancia llenas de hostilidades, que obviamente generaron tal enfermedad. El alcoholismo es una forma de “cobijo” y resguardo bajo la figura materna, sinónimo de oralidad en este caso. Es una muestra de falta de habilidad para una inserción adecuada en el entorno social, en la convivencia, cotidiana y funcional imprescindibles en la vida diaria, lo cual según el psicoanálisis, es responsabilidad de quien juega el papel de padre en el seno familiar, rol que por cierto no necesariamente debe ser jugado por el sexo masculino, sino por quien provee del sustento al hogar. No sería posible ahondar en este breve texto acerca de “géneros,” sin embargo, puedo decir que identidad de género, no necesariamente tiene paralelismo con sexos masculino y femenino.
La canción protagonista en este caso, es nada más y nada menos que “la punta del iceberg” de gran parte de los trastornos psicosociales e individuales desencadenados y además fomentados por nuestra picardía mexicana a lo largo de los años; sin mencionar que estamos hablando incluso del cine clásico mexicano y de personajes iconos de nuestro país como Pedro Infante…
Estoy tentado en este momento a llenar de elogios a tales películas y por supuesto, a tan magnífica canción, esto es por supuesto, debido a que también soy un miembro de esta sociedad en plena transición cultural con relación al machismo. No puedo elogiar lo que al mismo tiempo de alguna manera estoy criticando. Me desconcierta por completo que mi formación de psicólogo también en México, no me permita aplaudir con franqueza tales muestras clásicas de talento artístico.
Entre otras muchas reflexiones que genere este breve escrito, quisiera sembrar principalmente la idea en quien lee, de abrazar, de cualquier manera la propia historia, el propio pasado sea cual sea, para tenerla bien presente y hacer de nuestro futuro, algo maravilloso siendo conscientes de nuestras propias deficiencias culturales y generacionales.
Así que esto fue simplemente una mirada analítica y psicológica, de una canción reconocida en nuestro país, afortunadamente, no tan conocida por las nuevas generaciones, sin embargo, los factores nocivos siguen heredándose en ocasiones sin ser notados…
Soy Juan Viera, Psicólogo clínico existencial y sistémico, experto en Desarrollo Humano y Mtro. en Desarrollo Organizacional. WhatsApp: 5541083646